Tras instalarme en Brighton y adaptarme a mi nueva rutina decidí pasarme por Primark para comprar una mascarilla para relajarme.
En esta ocasión me decidí por la mascarilla de lavanda y jazmín que prometía calmar y limpiar la piel en profundidad y tan solo costaba 90 pounds, pero como bien dicen las madres lo barato sale caro y esta mascarilla a parte de ser pringosa, incomoda e irritar la piel tiene olor a ambientador de coche, por lo que no volvería a comprarla ni me arriesgaré a probar otros tipos de mascarilla de esta gama.
¡Nos vemos en el próximo post!
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